Día Mundial del Ictus



El 29 de octubre es el Día Mundial del Ictus.

El ictus es una enfermedad cerebrovascular. Representa la primera causa de discapacidad grave en el adulto. Unos hábitos de vida saludable pueden prevenir entre el 60 y el 80 por ciento de los casos.


¿Qué es?

El cerebro dispone de una red arterial capaz de proporcionar el aporte sanguíneo necesario para su normal funcionamiento. Cuando la circulación cerebral se ve afectada por una alteración de la pared de los vasos (ateroesclerosis), por una disminución del calibre hasta impedir el flujo de sangre (trombosis) o por una rotura (aneurisma) las células nerviosas no funcionan normalmente y transcurridos unos minutos, mueren.

Se distinguen dos tipos de ictus en función de la causa del accidente:

–    Isquémico: cuando se produce por una disminución del aporte sanguíneo originado por ateroesclerosis en forma de trombo o embolia.
–    Hemorrágico: cuando es causado por una rotura de los vasos sanguíneos debido a un aneurisma o una crisis hipertensiva.


¿Cómo podemos prevenirlo?

1.    Controlar la tensión arterial.
La tensión arterial alta es el principal factor de riesgo en la aparición del ictus. Puede multiplicar por cuatro las probabilidades de sufrirlo porque obliga al corazón y a las arterias a hacer un esfuerzo extra para que la sangre llegue a todas las células del cerebro.

2.    Realizar ejercicio físico.
El ejercicio físico es clave para mantener un corazón fuerte y unas arterias limpias. Evitar el sedentarismo es una prioridad.

3.    Dejar el tabaco.
El tabaco eleva de una manera vertiginosa la probabilidad de sufrir un ictus y es el principal factor de riesgo que se encuentra en personas jóvenes que lo han sufrido.

4.    Conocer los niveles de colesterol.
El colesterol favorece la aparición de obstrucciones en las arterias. Una sencilla analítica nos ayudará a conocer nuestros niveles.

5.    Llevar una dieta equilibrada.
Algunos hábitos alimenticios como el consumo de dietas ricas en frutas y verduras pueden prevenir el ictus. La obesidad suele llevar asociada problemas como el colesterol, el sedentarismo o enfermedades coronarias.


¿Cuáles son los síntomas?

Los signos con los que puede manifestarse un ictus son muy variados y dependen de la zona del cerebro a la que esté afectando. Algunos de los síntomas más habituales son:

•    Confusión repentina, dificultad para hablar o para entender.
•    Dificultad inesperada para andar, mareos, pérdida de equilibrio o coordinación.
•    Problemas súbitos para ver en uno o en ambos ojos.
•    Dolor de cabeza sin causa aparente.

Cuando el ictus afecta a la región izquierda del cerebro, se manifestará en el lado derecho del cuerpo mediante algunos o todos los síntomas siguientes:

•    Parálisis del lado derecho del cuerpo.
•    Problemas del habla o del lenguaje.
•    Estilo de comportamiento cauto, ralentizado.
•    Pérdida de memoria.

Si por el contrario, el hemisferio del cerebro afectado es el derecho, será la parte izquierda del cuerpo la que tenga problemas como:

•    Parálisis del lado izquierdo del cuerpo.
•    Problemas en la visión.
•    Comportamiento inquisitivo, acelerado.
•    Pérdida de memoria.


Tratamiento.

El tratamiento es distinto si el ictus es debido al bloqueo de una arteria o por causa de la ruptura de un vaso. Las personas afectadas presentarán déficits y discapacidades que comprometen su independencia.

El objetivo principal del tratamiento sería una identificación precoz y una evaluación urgente por un equipo multidisciplinar que pueda tratar todas las consecuencias derivadas de tal efecto, así como una rehabilitación intensiva del paciente de todos los profesionales implicados y un asesoramiento familiar lo más completo posible.

Así pues podemos concluir, que si no se consigue prevenir el ictus es muy importante una actuación rápida. Además, es de suma importancia trabajar las consecuencias del daño con un equipo cualificado (fisioterapeuta, logopeda, neuropsicólogo, psicólogo…) e intervenir de forma intensiva sobre todo en los primeros 6 meses desde que se ha producido, ya que es la fase en la que probablemente se consigan más objetivos.